Autismo
Hay muchas y muy variadas maneras en que el Trastorno del Espectro Autista empieza a manifestarse. En algunos casos ya hay síntomas evidentes desde el nacimiento, y desde entonces hay retrasos y /o alteraciones que pueden abarcar varios aspectos del desarrollo como el motriz, el social, el lenguaje, etc.
En otros casos el niño parece presentar un desarrollo normal hasta los 2-3 años y posteriormente aparece un bloqueo y retroceso drástico que se hace notar sobre todo en la interacción social y el lenguaje.
Los Trastornos del Espectro Autista, como otros problemas del desarrollo, reflejan una alteración en cómo el cerebro trata de organizarse y se desarrolla, evoluciona y se muestra.
Los síntomas específicos son únicos y pueden variar mucho de un caso a otro, aunque sí se tienen en cuenta ciertos criterios en concreto a la hora de diagnosticar:
- Problemas en la interacción social y comunicación.
- Patrones repetitivos de comportamiento o persistencias en el pensamiento que nos hablan de inflexibilidad cognitiva.
- Problemas del lenguaje tanto verbal como no verbal.
- Posible uso estereotipado de los objetos y del lenguaje.
- Problemas en la adquisición y desarrollo de la teoría de la mente.
- Problemas con el juego simbólico.
- Posible y probable hipersensibilidad sensorial en uno o varios sentidos.
El grado de la alteración puede también variar enormemente. Hoy en día aún no se ha podido demostrar el por qué de la variedad de síntomas, edad de aparición y gravedad. Se siguen barajando problemas a nivel genético y parece que pueden estar presentes mientras que también es evidente que hay alteraciones en la bioquímica cerebral que pueden deberse a otros factores, además de elementos que deberían tenerse en consideración antes, durante y después del nacimiento.
Actualmente se están llevando a cabo investigaciones al respecto del impacto de la nutrición en dicha patología y su relación con la microbiota intestinal y el retraso madurativo que experimentan.
En los mapeos cerebrales se suele observar una sobrecarga neural en la corteza, sobre todo en las zonas temporales y parietales de ambos hemisferios que pueden estar relacionados con una posible sobrecarga de las redes de esas zonas debido a un exceso de sinapsis, posiblemente provocado por un fallo en la “poda neural”. Estas redes están encargadas del reconocimiento facial de las emociones, de la comprensión y expresión del lenguaje, el desarrollo de la empatía y de las interacciones sociales.
En estos casos el abordaje que solemos proponer es multidisciplinar. Empezando por explorar el caso, si es posible con el Mapeo Cerebral y pudiendo intervenir tanto con Terapias de Neurodesarrollo como con Neurofeedback, siempre que sea necesario, combinado con regulación del sistema bioquímico mediante una dieta adecuada llevada a cabo por un equipo médico especializado.