Reflejos primitivos

Avanzar mediante el movimiento

Cada niño o niña nacido a término tiene presentes una serie de conductas automatizadas o reflejos, que le ayuda a desenvolverse en los primeros meses de vida fuera del útero materno. Estos reflejos primitivos parten de la parte del cerebro donde se regulan las funciones vitales básicas para la supervivencia, el tronco de encéfalo. Estos patrones de movimiento son parte del desarrollo normal evolutivo del ser humano y deben aparecer para luego ser superados por otros patrones de movimiento que parten de procesos superiores del cerebro.

En el desarrollo normal del bebé, es el propio movimiento libre el que ayuda a superar esta fase del desarrollo. Poco a poco va pasando de un comportamiento puramente reflejo a uno voluntario y consciente. Este paso es muy importante en la vida del niño ya que permite la  exploración del entorno y el desarrollo de las habilidades motrices y sensoriales que son tan necesarias para el aprendizaje posterior: motricidad gruesa, motricidad fina, coordinación mano- ojo, seguimientos oculares, atención selectiva de la información, equilibrio, tono muscular, propiocepción, interacción entre la información de varios sentidos para construir una imagen interna del mundo y poder actuar adecuadamente en él. 

 Si estos reflejos no son inhibidos en el momento correcto, permanecen activos como parte de las reacciones del sistema nervioso impidiendo su correcto desarrollo. Esto puede causar disfunciones y anomalías en la forma que la persona tiene de percibir y entender el mundo que le rodea, por lo que puede interferir con funciones cognitivas superiores, que son las que se dan por sentadas cuando un niño llega a cierta edad y empieza a asistir al colegio para aprender. Si no se trata este retraso o inmadurez a tiempo puede desembocar en trastornos conductuales como resultado del cansancio y la frustración que tiene la persona al tratar de hacer las mismas tareas que sus compañeros con rutas neurológicas menos desarrolladas que ellos. Lo que unos consiguen hacer sin esfuerzo, aprendiendo al ritmo esperado para su edad, los otros lo consiguen hacer, en el mejor de los casos, a mucha menor velocidad e invirtiendo mucha más energía.

Cuando miramos a un niño con retraso o trastorno neuromotor nos damos cuenta de que muchas veces parece no evolucionar como los demás. Parece no conseguir los hitos evolutivos al mismo tiempo que los otros niños: empezar a caminar más tarde, a hablar…y al llegar a la edad escolar les cuesta estar sentados quietos, recordar sus deberes, atender en clase o aprender a leer. En algunos casos pueden tener muchas etiquetas ya que el retraso madurativo puede implicar muchas dificultades y que cada una de lugar a un nombre y a una necesidad educativa y terapéutica diferente. A continuación enumeramos algunos de los síntomas que se han relacionado con la posible existencia de Reflejos Primitivos más allá del primer año de vida.

¿Qué síntomas pueden aparecer?

  • Problemas de atención.
  • Problemas de coordinación.
  • Dificultad en Educación Física.
  • Dificultad para aprender a nadar.
  • Dificultad para aprender a montar en Bicicleta.
  • Dificultad en manejar los conceptos temporales.
  • Dificultad para permanecer calmado y en silencio.
  • Dificultad para atender de manera prolongada.
  • Dificultades en el aprendizaje y adquirir conceptos abstractos.
  • Problemas con las matemáticas.
  • Problemas de lateralidad cruzada o sin definir.
  • Problemas con la adquisición del lenguaje.
  • Pobre coordinación mano-ojo.
  • Problemas de lectura.
  • Problemas de articulación y habla.
  • Mareos al viajar.
  • Problemas de escritura.
  • Ansiedad o estado de hipervigilancia.
  • Miedos irracionales: a la oscuridad, a quedarse solo, etc.
  • Enuresis nocturna.
  • Vértigos.
  • Agorafobia.
  • Inestabilidad en la marcha.
  • Migrañas.
  • Pérdida del control o inestabilidad al final del día.

¿Cómo se lleva a cabo el tratamiento?

Una vez evaluada la persona a tratar, se le recetará uno o varios ejercicios que deberán realizar con ayuda en su casa, diariamente, hasta la siguiente revisión, pasados  aproximadamente dos meses.

La duración del tratamiento, puede estimarse entre 1 año o un año y medio con supervisiones cada dos meses, siempre con las personas responsables presentes y con apoyo telefónico mensual.

El tratamiento mediante los ejercicios de INPP puede realizarse a partir de los 6 años y medio-7 de edad, es incompatible con otros tipos de tratamiento que utilicen técnicas de reorganización funcional mediante el movimiento corporal y puede realizarse si la persona puede seguir instrucciones en ejercicios guiados.

El tratamiento mediante la Terapia de Movimientos Rítmicos de Bloomberg es compatible con otros tipos de tratamiento mediante el movimiento, puede realizarse a cualquier edad y con cualquier tipo de patología mientras que el terapeuta adapte los ejercicios a las características de la persona y la patología y no es necesario ningún prerrequisito.

Ventajas únicas de estas terapias:

  • Son libres de fármacos.
  • Desarrollan el propio potencial del individuo.
  • Ocupan poco tiempo al día.
  • No tienen efectos secundarios.
  • La mejoría que experimenta la persona engloba muchas áreas.
  • Son efectivas allá donde otras terapias parecen no serlo.

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